miércoles, 27 de octubre de 2010

CC: Por un mundo mejor


Orgulloso vencedor de los elementos, dueño de la desintegración de la materia (el hombre) es hoy presa de un verdadero pánico frente a sus propios descubrimientos: la bomba atómica ha planteado la cuestión de los destinos humanos. Aplastado por una civilización puramente técnica que, habiéndose apartado de toda vida especulativa, no puede conducir más que a la nada, domesticado por el Estado colectivista, el hombre tiene miedo de un desorden total que su inteligencia no alcanza ya a dominar. Pero lo que el hombre del siglo XX, que se siente juguete de formas ocultas, teme más que nada, es la comprobación lúcida de su propia desesperación.
Desde hace dos siglos, la razón se ha convertido en racionalismo y la ciencia en idolatría, y el hombre contraviene el plan divino. A ese desprecio de una soberanía ordenadora ha correspondido el culto al ‘progreso’, después la adoración de sus fetiches ‘rendimiento’ y ‘cantidad’; una civilización en extremo mecanizada no tiene otro objetivo que el máximo disfrute. Los resultados son evidentes; envilecimiento espiritual y moral del mundo, voluntad de potencia, corruoción de los regímenes fundados solamente en la fuerza, horror y degradación del ser humano en los campos totalitarios de concentración. Debido a que su pensamiento no era más que utilitario y su técnica no tenía alma, el hombre moderno se ha hundido en la mentira y todavía ha caído más bajo, hasta llegar a la tortura infligida científicamente a un enemigo a quien de antemano se ha esforzado en envilecer.
Recordamos la terrorífica experiencia de Bikini, la nueva bomba atómica, que manifestó la grandiosidad de un genio capaz de arrancar a la naturaleza sus secretos, tanto los más fecundos como los más temibles. Bikini reflejó, a la vez, la maravilla del hombre, salido de las manos del Creador, y la quiebra de una razón desviada por el antropocentrismo, que, por haber perdido el sentido del origen y de su destino, corre el riesgo de provocar el aniquilamiento de todas sus conquistas y de consumar al mismo tiempo su propia negación. El verdadero mensaje de Bikini e sin duda “el mundo unido o el Otro Mundo”, es sobre todo el retorno al verdadero humanismo, ordenado en la ley del Evangelio, respetuoso con el orden universal. El secreto de la liberación humana y de la salvación de la civilización reside en una conversión espiritual; la paz, la tranquilidad del orden, surgirán de ella como el fruto sal de la flor.
Eugène Theodor Rimli
A lo largo del tiempo, el hombre es marcado por su destino, y por lo tanto tambien, el mismo es una amenza, puesto que es la destrucci{on en si mismo, el estado colectivista por temor y falta de una super conciencia de poder manejar el propio sus desiciones para poder ser el mismo, su propio dueño, y alcanzar de esa forma la autioridad por el mmismo.
si bien, con los avances de la tecnologia, ah ayudado a la sociedad, tambien son factores para perder el control con nosotros mismos, muchas veces sin embargo las tecnologias en vez de hacer un bien, perjudican nuestra vida.
Rimli, menciona que el hombre es manipulado en todaos los aspectos, lleno de mentiras y de una forma de venganza, no hace nada por superar esas trabas que la vida le a impuesto, y eso se debe al materialismo que conduce la vida del individuo.  

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